Traumatismos dentales infantiles

A veces el juego y la actividad deportiva provoca accidentes que producen daños sobre los dientes y la cara, especialmente en niños que tienen sus incisivos superiores muy inclinados hacia delante, ya que suelen actuar como “parachoque” de la cara.

Las consecuencias más importantes son:

  • Avulsión o arrancamiento: si se trata de un diente definitivo, debe conservarse para intentar su posterior reimplante. Es importante mantenerlo en un medio húmedo (suero salino, leche o la propia saliva del paciente) hasta el momento del reimplante, que debe ser lo antes posible. Hay que evitar limpiar con agresividad la superficie del diente para no dañar el ligamento periodontal.
  • Fractura: si se evidencia la fractura de la corona del diente, y hay posibilidad, conviene conservar el fragmento porque puede ser útil para la restauración de la anatomía del diente dañado. Cuando la fractura afecta a la raíz, se confirmará a través de una radiografía y el odontólogo establecerá el tratamiento oportuno.
  • Desplazamiento: como primera medida, el dentista intentará la reubicación del diente afectado y lo ferulizará para que no se mueva y puedan cicatrizar los tejidos en su posición original.

Todos los traumatismos deben tener un seguimiento a largo plazo, ya que hay numerosas secuelas que se manifiestan con el tiempo, como por ejemplo el oscurecimiento del diente, la pérdida de vitalidad, acortamiento de la raíz, etc., y que pueden precisar tratamientos complementarios para evitar la pérdida del diente.

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